Varios 2012


es impresionante como me pueden tus ojos, tus sonrisas,
como pueden alegrar entera el alma mia.

espero qe donde vayas donde vayas alla siempre mas luz,
y que la felicidad te siga a donde vayas,
y el amor te enseñe y te enternezca, sea donde sea.

si quedara en el medio del universo volando, sobre volado todo, seguiría pensando que la mejor de tu luz es la de tu sonrisa.

si aparecieras en un sueño, te besaria, te abrazaria y al despertarme yo ya no despertaria…
me quedare alla con tu amor, donde me siento feliz, donde me siento yo.

me dejas, una, y otra, y otra vez, dices qe no estas bien,
tampoco me cuentas nada, solo dices qe lo estas,
es verdad que el tiempo ha pasado,
y las cosas ya no son iguales,
algo cambio, en vos y en mi,
algo muto, algo ya no es igual.
tomalo como quieras.
si total soy un enfermo bipolar.

Oh Amanda Mia!


Oh amanda! Si amanda mia, yo te queria
vos me amabas amanda me decias,
y te vi partir varias veces en mi vida.

Te escribia cartas amanda mia,
y vos me las respondias,
volvere pero no se cuanto,
ese cuanto te aburririas,
pero a pesar de eso,
yo entusiasmado como lo esta un niño,
Sientos de poemas te escribia,
De noche y de dia,
Poemas que vos querias, si amanda mia,
Me decias que los querias,
y yo mas aun te queria,
y vos mas aun me querias,
y tambien querias esperar,
yo no se cuanto amanda mia,
podre esperar esta vez,
porque se esta haciendo muy tarde,
y este invierno va a ser cruel,
si amanda mia, podria morir de frio.

Oh amanda, si amanda mia, yo te queria,
Vos me amabas amanda me decias,
y te vi llegar otra vez a la vida mia.
Aquí estas mi amor y me besaste,
Que natural que eras amanda mia!
Cuanto me enamorabas yo te decia,
Y vos me sonreias, amanda mia!

Una tarde cualquiera me decias,
Me tengo que ir a la luna,
Y yo te acompañaba,
Porque a donde vos ibas esta vez yo iba.
Y vivi con vos, amanda mia, en la luna.

Tomamos sol en vez en cuando,
Los horarios eran muy raros,
Pero yo te queria!
Y vos me querias!

Y tanto me quisiste,
Que me dijiste que necesitabas extrañarme,
Que te irias,
Y yo te dije voy con vos amanda mia!
Me miraste y no dijiste nada,
y a la mañana, te fuiste junto a la brisa.

Sin brisa esa mañana me levante,
Y vi nuestra cama vacia,
Llore unas lagrimitas,
Por vos, mi dulce vida.
Y entendi que las cosas cambiarian….

Dos años pasaron, amanda mia,
El viento nada dice de vos,
Y yo me quede con la intriga,
Si eras mi amor o eras mi vida!
El corazon echo trizas,
Y la inocencia perdida.

Empeze a odiarte amanda mia,
Pero llegaste enseguida,
Y mi odio no duro nada,
Y el amor lo fue todo nuevamente.

Oh amanda mia, porque te vas amanda mia?
Y me miraste y me dijiste,
qe muy bien no lo sabias,
sono el reloj y desapareciste,
termine de sentirte…

Como iba yo a tenerte?
como yo iba a perderte?
Si vos ni siquiera existias,
Oh amanda mia!

Antes eras princesa


Antes del beso, ya te había besado, tambien te habia mudado al planeta donde siempre vivo para que seas la princesa de mi imaginacion.
Y eso hubiese querido que pase en realidad pero aparecio el orco de tu padre y las hienas de tus hermanos haciendo todo lo posible par espantarme y yo recitandote poesias para que rompas las cadenas y camines conmigo en algun campo de amapolas.
Tan acostumbrada estabas a que se te hinchen los tobillos que te quedaste ahi sentada sientiendo nada.
Y si esa vez qe te cruce en el sendero de las rosas fue pura casualidad, ahora entiendo estabas perdida, y yo vi tus ojitos y me parecieron tiernos y embobado con tu belleza te regale el primer poema, con el mi vida.
Vos ni caso me diste, te quedaste callada y con tus ojitos abiertos pensando en lo tuyo.
Lindo, dijiste, que camino lleva a la iglesia?, preguntaste al instante, dejandome desconcertado te lo señale, a lo que vos tomaste el camino opuesto.
A donde vas – te dije.
A casa , a mi hogar.
Quedate un poco mas – atine a decirte.
no – dijiste cortante.
Quisiera un beso de tus labios angelicales, te dije creyendo perder la vergüenza.
Te reiste, me besaste, me enamoraste, te volviste a reir y te fuiste.

Piedra en el camino


Iba caminando distraídamente por la vereda, mientras un maldito perro ladrada por mí pasar, cansado de escuchar su ladrido decidí cruzar la calle, de distraído que venia, me llevo puesto una bicicleta al bajar el cordón.
La rueda de la bicicleta dio de lleno sobre mi pierna izquierda tirandome al piso, mientras que la chica que conducía casi se cae de costado, pero se ve que tenía buenos reflejos al apoyar un pie sobre el asfalto.
Yo luego del golpe caí al piso, maldiciendo mi idiotez, pase unos largos segundos, hasta que escuche su voz “¿estas bien?”, sin mirarla, viendo la calle de cerca le pedí perdón, es que yo me había bajado a la calle sin ver bien si venia alguien o no.
Estiro su mano para que yo la tomase y me reponga de pie, mire mi ropa toda sucia y me dije en voz alta “soy un idiota”, a lo que ella afirmo con una carcajada.
“Confirmado, la gente se ríe de mi” afirme.
Al tomar su mano, firme, vi unos raros anillos, una serpiente y en otro un sol indio.
Me quede viéndolos, y ella al darse cuenta me dijo “¿te gustan?, los conseguí en un viaje a la india”, “si” respondí yo, seco.
Al levantar la mirada y fijarla en su cara, vi que sonreirá, una linda sonrisa, sincera, natural. Unos ojos pequeños negros, como si todo fuese uno.
Sentí un mal estar en mi pierna y mis reflejos me hicieron que me agarrase y apretase, como si así se calmara el dolor.
Ella miro con cara de dudativa y me replico “no parece nada bueno eso. Déjame que te lleve hasta tu casa, seguramente necesites reposo”, yo extrañado de su ofrecimiento mire nuevamente sus ojos y nada respondí.
“sube y dime por donde vamos”, “te agradezco pero creo que puedo caminar, no quiero ser una molestia, nuevamente, una piedra en el camino”
Como se echo a reír, habrá pensando que estoy loco, no estoy loco, solo de mal humor, distraído, tenia muchas cuestiones en mi cabeza.
Señalado el asiento con una de sus manos, yo baje la cabeza y subí en la parte de atrás, aprovechamos la bajada y la bicicleta tomo velocidad, mientras andábamos comenzó una charla:
– Mi nombre es Anai, vengo de una exposición en el museo, estuvo muy bien, ¿te gusta la pintura?
– Mucho no entiendo de pintura, pero de mirar si, me gusta mirar. (que palabras mas idiotas, pensé al terminar)
– (se río nuevamente, que forma de carcajear más natural) ¿y como te llamas?
– Gabriel
– ¿Y suelen pisarte? (en forma de broma)
– Solo cuando ando distraído y de mal humor.
– (volvió a reírse, pero que persona más feliz) al menos tienes suerte.
– ¿Suerte? ¡Donde, que no la veo!
– Imagínate si yo en vez de manejar una bici, manejase un colectivo.
– Ahí me hubiesen llevado al hospital.
– Al menos llegaríamos mas rápido, ¿te duele mucho la pierna?
– (yo me había olvidado del dolor, pero cuando me pregunto mi pierna sintió unos agujazos de dolor terribles, que respondí con un gemido) ¡Aggh!
– Eso quiere decir que si.
– A la derecha.
– ¡Como diga! (una vez doblado) nunca antes te había visto.
– ¿Tampoco chocado? (recuperándome del mal humor)
– ¿Crees que voy por la calle pisando gente y llevándola hasta la casa?
– No lo había pensando, tal vez si.
– Buena imaginación tenes gaby (gaby, ya tenia toda la confianza sobre mi esta chica).
– Lo que me faltaría es un poco de realismo y prestarle atención a lo que realmente pasa, como un idiota me cruce en tu camino.
– Siempre hay piedritas en los zapatos (y río)
– La tercera casa a la derecha.
– ¡Como diga!, (deteniéndose) ¿Aquí esta bien?
– Si muchas gracias. (al bajarme y apoyar mi cuerpo sobre mi pierna mal herida, me caí al piso)
– Uyyy (solo ella) vos no estas bien, agarra mi mano y apóyate en mi. (caso bien le hice).

Mi brazo por encima de sus hombros apoyados, entre a casa.
Una vez abierta la puerta, me sentó en un sillón del comedor y fue a buscar su bici, la entro y cerro la puerta, sin antes soltar un “permiso”,
Mientras yo cerraba los ojos del mal estar, ella empezó a girar mirando cuanto objeto haya en la pared. Una vez que se canso de detallar mi casa en voz baja, se sentó a mi lado en el sillón.
Y me dijo “¿tienes hielo?, ¿Dónde esta el freezer?”, “ves aquella puerta, pasándola del lado derecho tienes la luz a la altura de cabeza” le respondí señalando (quien dice que no se señala, pues es mala educación, quien habrá pensando tal estupidez, señalar reemplaza al hablar y suele ser mas efectivo)
Volví al rato, con una bolsa de hielo y subió mi pantalón de jogging para poner el hielo sobre la parte en la que me choco.
Mi cara se contrajo del dolor, y apreté mis labios, con mis dientes.
Ella me miro y dijo “No seas maricon” y río otra vez más con esa dulce sonrisa.
“Que confianzuda esta mina” pensé, también pensé “que linda y simpática”
Y comencé a mirarla con más detalle, su manos eran finas y su piel relucía, ganas me dieron de tocarla para probar que tan suave podía ser (seguramente más de lo que yo pudiese imaginar).
Su cabello era largo, ondulado en los extremos, caída en ambos costados casi perfectamente, dejando una cara larga y con aire de felicidad.
Sus labios pequeños, humedecidos reflejaban un color algo similar entre la mezcla del rojo, del blanco y del rosa, una hermosa boca era adornada por sus labios.
Unas pequeñas pecas le daban gracia a su cara en su nariz.
De cuerpo era delgada, y sus músculos parecían firmes, formados, seguramente la bici era su forma de moverse más frecuente.
Ella prestaba atención en el contacto del hielo y de mi pierna, y miraba con atención, una hermosa expresión.
“Quizás deberías estirar la pierna, déjame mover tu pierna” con sus manos agarro mi pierna, y la coloco por encima de sus piernas (ella se encontraba sentada a mi lado en el sillón), Nuestras miradas se encontraron y no se cuanto tiempo estuvimos viéndonos, tal vez horas, minutos, tal vez tiempo de otra galaxia, tal vez ese encuentro fue el encuentro de otros dos mundos, o de dos estrellas que volando se choca, que terminan siendo una, no lo sé.
Pero yo sentí como su mirada, ventilaba mi ser interior, purificándolo con una suave brisa, con una caricia en mis tontas preocupaciones, y al sentir esto, sonreí como hace tiempo no lo hacía y ella sonrió nuevamente, pero esta vez fue una sonrisa un poco tímida, como si se hubiese escapado.
– Estas mejor
– Estoy mejor
Nuevamente el silencio, nuevamente los ojos que solo no se veían cuando uno pestañaba, pero vaya casualidad, pestañeábamos al mismo tiempo.
¿Como no iba a enamorarme de ella? Respóndame alguien si quiere contradecirme ¿y saben que? Jamás me contradecirán.
Me enamore, me enamore de su mirada, de la forma en que me choco, en su forma de reír, en su amabilidad en llevarme en casa, en su sencillez al entrar en mi cocina, en su naturalidad.
Si me había enamorado, como jamás lo hice y no lo volveré hacer.

musa, oh! musa!


No importan más las palabras que la voz de tus ojos, sinceros llenos de cariño con mil sueños que el alma quiere cumplir.
Lloran en vez en cuando y de tu boca se pronuncia un deseo, un anhelo, una decisión.
Te levantas y te encaminas hacia el sol, quieres unirte a él, para ser luz, porque parte del dolor te hace olvidar, que en la tierra para mi eres un sol, que me alumbra y deslumbra y me da un bonito calor y color.
Por eso intento abrazarte cuando veo a tus ojos perdidos en el dolor, decirte alguna que otra palabra en el oído que resuma mi amor.
Pasas por las nubes y te quieres eternamente acostar, pero te irías de mi lado, todavía no puedo dejar de volar, por eso cada vez que puedo a tu lado intento aterrizar, y llenarte la boca con algún beso que resuma todo mi amor.
Pero así lo entiendes y así te vuelvo a ver sonreír y con eso me vuelves a iluminar, tus ojos verdes que le acompañan el color del otoño, ese mágico color que me enamoro.
Son tan sinceros, tan llenos de caricias que no se tocan pero que se meten en mi ser.
¡OH musa que me regalas tantas palabras!
¡OH musa que me das amor!
¡A todas horas quiero soñar con tu voz!
¡A todas horas quiero pensarte amor!

Ella recuerda


Ella intenta no llorar y se refugia en sus recuerdos, vuelve a tomar dentro de su imaginación aquella primera margarita para deshojarla y probar si realmente el la amaba, y ella era una niña de apenas 12 años que ya creía en el amor, que soñaba con vestirse de blanco, que sería rescatada por algún valiente caballero.
Me quiere, no me quiere… y el juego sigue deshojando hojas, y al llegar a la ultima ella salta y grita con una gran sonrisa y un gesto de ternura “me quiere, realmente me quiere”
Ella ríe, no para de reír… ella era feliz. Por eso ella se acuerda siempre de aquel momento, donde todo era de colores, donde lo gris, lo gris solo le pertenecía a las nubes y el corazón no era gris, era rojo.
Ella recuerda, es su manera de vivir, de sobrevivir, de sobrellevar su gran dolor, su gran tormento, su gran desilusión.

Amar con sangre argentina


Jamas ella ha creido que un demente podia amar, amar sanamente desde el corazon y así fue como amando he dejado de insistirte y así seguira ella creyendolo.
Pero aca esta el demente, solo, verdaderamente solitario, escribiendo, uniendo palabras para volver a insistir, en silencio, y así decirte “te amo”, AH! Si lo saben las nubes que te amo eternamente, desde el momento en que mire tus ojos por mas de dos segundos y ahí encontre ¡que universo! ¡que facil es maravillarse! Y hablo de tus ojos sirena, que aun conservo – a duras – la forma en que me veian tus ojos.
¿sabes? duelen estas espinas, espinas que jamas haran desangrar a este corazon y ¿sabes por que? Porque ese recuerdo de tu forma de mirar, de tus ojos me irrigan de sangre, sangre argentina de tanta mezcla, tanta mezcla que me vuelvo eskizofrenico para amarte en mil mundos.
Y si, en uno solo no estas, no me amas, pero yo te amo, pero es uno solo, un mundo en millones no dañaran a mi corazon, por eso puedo seguir amandote porque tengo millones de tu en todos mis mundos, menos en uno.
¿Qué mundo valdra mas? En uno creo muchos, pero en otros te tengo, no existe la balanza que equilibre todo lo que es el amor. Amor que jamas he podido equilibrar, no hay cosa que pese más en mi alma, si por amor se mueve mi corazon, si por amor se irriga mi sangre argentina, de mezclas de mezclas de amores para ti.
Por eso todavía puedo seguir amandote aunque no estes, porque solo en un mundo no estas.
Te amo.

Fin.

Carta para vos


«te envio unas palabras, un poco de amor…»

Paro a escribirte, es que te extraño y necesito sentirte en algún sentido, aunque tal vez no quieras leerlo y al llegar esta carta a tus manos la quemes sin leerla y así yo no te sentiría en ningún sentido, pero imagino que la leerás y que te alegras.

Sé que no quieres que lo diga, pero sé que tal vez robé alguna sonrisa de tus labios, lo que quiero decirte es que todavía me acuerdo del fantástico brillo de tus ojos, son tan sinceros tan mágicos que terminan siendo hermosos, lo siento realmente lo siento en mi piel esa maravilla que es tu mirar.

Hoy estuve acordándome todo el día de aquella vez que fuimos a la playa y caminamos de la mano (y del corazón) por toda la costa, fuimos y vinimos y casi te dormís mirando el atardecer en mis brazos. Recordé tus labios, y tus débiles besos, tenias ganas de dormir pero no querías porque decías que no debías, yo no pude hacerte entender que me encanta cuando te duermes a mi merced, es que sos tan tierna cuando dormís que juraría que alguna vez podría desaparecer del mundo de tan bella sensación e irme a otro donde todo lleva tu nombre y en donde todo esta compuesto por tu hermosa esencia.

Disculpa tengo que irme, aun no termino el gran libro de mis sentimientos por vos…

El jardín de Valentina


Valentina sintió rota su alma, se recostó cerca del primer árbol que daba de la casa al jardín, el pasto cedió al peso de su delgado cuerpo. Algunos insectos se dispersaron, otros fueron aplastados y otros insectos, de esos que vuelan, se alertaron pero al instante siguieron posando sobre las flores. Él sol acariciaba la tez de su hermoso rostro y de su cabellera de color castaño oscuro. Las nubes eran grandes y estaban dispersas por el azul cielo. Comenzó a silbar una celestial melodía que dudaría unos breves minutos, fue cerrando los ojos y empezó a creer que el viento llevaba su cuerpo, que se alejaba más y más con cada soplido. Sé sintió amada por el viento y pensaba que se había fusionado con él, tal cual como alguna vez lo describió en aquel viejo poema, que escribió cuando fue niña. La luz del sol se empeñaba en librarse de las nubes para deslumbrar los ojos de Valentina, en esos momentos ella veía claramente el océano, que era acorralado solo por un lado por una gran playa desierta. En ese momento dos lágrimas salieron de sus ojos y luego de acariciar ambos lados de sus mejillas, salieron para morirse en su lizo pelo. Cada vez se sentía más lejos de su hogar, de su pueblo, de aquella persona que ama locamente pero que le enseñaron que es imposible, ella no podía creía en esa teoría, eso era un gran dolor para ella, un dolor que no se curaba fácilmente, era un vació que con vacíos se intentaría llenar. Poco a poco sintió una sensación rara, su cuerpo cada vez lo sentía menos. Ya no escuchaba nada, y sorprendida comenzó a silbar. Su silbido era perfecto, sonaba a arpa. Luego se callo, pero la melodía siguió sonando, era una melodía para ella, y ella sonrío angelicalmente y esa sonrisa fue la ultima respuesta que dio su cuerpo, en aquel jardín.

a tu fantasma


Hoy que me encuentro solo, le pido a tu fantasma un poco de cariño, se niega, me da la espalda. Intento acercarme a él de una suave forma pero no me siente.
Quedo un poco triste y le escribo un poema pero mis versos jamás son leídos con ojos de amor, si no que ni siquiera los lee.
Me arrodillo, le suplico, le imploro, pero no logro llamar su atención y ahí es cuando pienso, si debo estar muerto, para ser otro fantasma más y así tal vez me presta atención.
Tal vez me llegue amar.

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