debo continuar


«Será muy raro, si mueres y luego de taparte con barro, aparezca una flor, será raro para ustedes, no para mí»

Cae arrodillado al piso, de su boca caen gotas de sangre, escupe, dejando una gran mancha en el piso, para no atragantarse.
Respirando torpemente intenta mirar al cielo, pero la luz le daña los ojos y debe cerrarlos, sus manos apoyadas en el piso intentan hacer fuerza para recomponerse de pie, lo logra débilmente.
Camina unos cuantos pasos más, vuelve a caer, la sangre vuelve a caer, sus rodillas ya tienen marcas, su pantalón esta desgarrado por varias partes, sus manos también sangran.
Pero él no se rinde, intenta levantarse otra vez, se cae de costado, cierra los ojos y se dice en voz baja “debo continuar”. Da media vuelta y se recompone, sus pies parecen quebrarse a cada paso, su rostro es solo una mancha de sangre.
Le dijeron que no podía navegar con ese pequeño bote, le destinaron que iba a naufragar. Le avisaron que iba a morirse de sed en el desierto. Le repitieron mil y una vez, que no lo debía hacer. Se caería si escala, no debe escalar, debería haberse quedado aquí, eso decían.
Él se acuerda de aquellas palabras y conversaciones, eso le da más fuerza, sigue avanzando.
Llora mitad amargo y mitad dulce. Se ríe queriendo llorar y queriendo reír.
Atardece y él continua, la voluntad esta presente, se nota.
Se cae y vuelve a reírse, se para y vuelve a llorar. Y así continua, hace mucho ya anda así, la sangre marca un camino de cientas de horas.
Esta en la nada, pero no esta perdido, el eligió su camino, y vuelve a escuchar esas voces: “¿a donde iras?, te perderás, perderás tu futuro, perderás tu vida” “no vayas hacer eso, te ira mal” “tenemos miedo por vos”.
Vuelve a reír, él sabe que esta en la nada, pero no esta perdido, este trecho lo eligió y disfruta de transitarlo, sangra riendo de verdad.

Carta para vos


«te envio unas palabras, un poco de amor…»

Paro a escribirte, es que te extraño y necesito sentirte en algún sentido, aunque tal vez no quieras leerlo y al llegar esta carta a tus manos la quemes sin leerla y así yo no te sentiría en ningún sentido, pero imagino que la leerás y que te alegras.

Sé que no quieres que lo diga, pero sé que tal vez robé alguna sonrisa de tus labios, lo que quiero decirte es que todavía me acuerdo del fantástico brillo de tus ojos, son tan sinceros tan mágicos que terminan siendo hermosos, lo siento realmente lo siento en mi piel esa maravilla que es tu mirar.

Hoy estuve acordándome todo el día de aquella vez que fuimos a la playa y caminamos de la mano (y del corazón) por toda la costa, fuimos y vinimos y casi te dormís mirando el atardecer en mis brazos. Recordé tus labios, y tus débiles besos, tenias ganas de dormir pero no querías porque decías que no debías, yo no pude hacerte entender que me encanta cuando te duermes a mi merced, es que sos tan tierna cuando dormís que juraría que alguna vez podría desaparecer del mundo de tan bella sensación e irme a otro donde todo lleva tu nombre y en donde todo esta compuesto por tu hermosa esencia.

Disculpa tengo que irme, aun no termino el gran libro de mis sentimientos por vos…